Humorweaning para Mujeres

Hace unos días recibí una llamada de mi representante invitándome a participar en unas jornadas de emprendimiento organizado por Mancomunidad Tham en Madrid el cual lleva por nombre VI Encuentro de Mujeres emprendedoras, y debo confesar que esta invitación sí que me asustó.

Yo provengo de un país donde todo el tiempo todo el mundo está emprendiendo, todo el tiempo todo el mundo está creando nuevas formas de resolver problemas a partir de sus propias fortalezas y sus propias capacidades. Un país donde no ha existido otra manera de vivir sino la de adaptar los dones individuales para el servicio de intereses colectivos; pero es tan dinámico el entorno de mi país, que la mayoría de las veces los proyectos emprendidos son abandonados para proceder a incorporarse a otros proyectos debido a que pierden vigencia, debido a la emoción de cambiar o debido al miedo en avanzar, con lo cual las ideas no gozan en su mayoría de la virtud de la constancia; al menos que la idea se llame: Libertad. Mi país se llama Venezuela.

Esto lo explico para hacerme entender cuando digo que la invitación al VI Encuentro de Mujeres emprendedoras “me asustó”; desde mi mapa no es sencillo entender como algo puede tener 2 o 3 ediciones, ¡Pero que tenga 6 ediciones! Como dicen en este hermoso país “¡Es la leche!” Es decir que estaré hablando de Humorweaning para un colectivo muy admirado y respetado por mí: las mujeres y mujeres que llevan varias ediciones inspirando a otras mujeres para emprender, para ofrecer, para Dar.

Humorweaning es una metodología que involucra lo real del Coaching con lo infinito de la lúdica, usando como puente el sentido del Humor para lograr descubrir el sentido de la vida de cada persona a través del servicio al otro.

Humorweaning nació de la idea de una mujer quién ha sido mi Coach, amiga y compañera de trabajo durante muchos muchos años, ella se llama Olguita y es la abuela de la sobrina de mi hermana, es decir es mi madre. Pero antes de crear la metodología Humorweaning ya yo intuía un origen esencialmente femenino; recuerdo que mis primeros encuentros con las chicas (luego de mi mamá, abuela y hermana) fueron reveladores, ver como las niñas del colegio sin ningún ápice de egoísmo te ofrecían parte de su arepa (bocadillo) en la hora de recreo y además lo hacían sin poner los pulgares en el borde para que no mordieras más de la cuenta, me hicieron caer en cuenta que estaba ante un colectivo del que tenía mucho que aprender, un colectivo que hace que el mundo sea mejor, pues empecé, por medio de lo que significa la mujer, a entender el verdadero sentido del Hamor.

Para los creyentes cristianos Dios llegó al mundo desde el vientre de una Mujer y no es difícil entender que la mujer esté incluso verdaderamente por encima del mismo Dios, o por lo menos así es como yo lo veo. El secreto del éxito del emprendimiento femenino (tal como lo he aprendido de mi mujer, de mi hija, de mi abuela, de mi madre, de mi hermana, de mis amigas, de mis compañeras de trabajo) es sin duda la capacidad para construir equipos de trabajo diversos y complementarios; sumado a la capacidad de ponerse en el lugar del otro (colega, cliente o proveedor) y mantener relaciones confiables.

Y es desde la confianza donde se construye un sentido del humor Premium, ser confiables, confiar en nosotros mismos y sobre todo confiar en el otro, hace que el sentido del Hamor o mejor dicho el sentido del Humor fluya de una manera verdadera. Nuestra capacidad para darnos en plural al servicio de los demás, es lo que nos define como amadores o como seres con sentido… Con sentido del Humor… Nuestra capacidad de avanzar con entusiasmo y confianza para servir al otro a pesar de los “fracasos” nos define como verdaderos emprendedores; y así de tanto ver el suelo ya sabemos de lo que se trata y no nos queda otra opción que mirar al cielo, de tanto pedir ayuda aprendemos a ayudar al otro y de tanto esperar trabajando para que las cosas ocurran aprendemos a observar el camino y apreciar el recorrido; tal cual como lo dice mi Coach: “Vivir de instante en instante” sin contar el vuelto y sin poner los pulgares en el bocadillo para evitar mordidas de más.

¡Nos vemos pronto en Madrid!