El emprendimiento de las mujeres implica importantes oportunidades económicas y sociales, tanto para las que emprenden como para el entorno que les rodea.
1. Independencia económica:
Se trata de una alternativa al empleo por cuenta ajena que permite la obtención de ingresos y por tanto contar con una independencia personal.
2. Empoderamiento:
El emprendimiento requiere desarrollar algunos aspectos profesionales y personales como la formación, autoestima, capacidad de decisión, negociación con el entorno etc. y es una vía de empoderamiento muy completa y útil para reforzar la capacidad de las mujeres para tomar las riendas de su vida personal y profesional.
3. Diversificación del tejido productivo:
Las mujeres emprenden más en sectores vinculados al ámbito social, uno de los pilares económicos futuros y que mayor recorrido tendrá. Además las empresas lideradas por mujeres cuentan con un mayor grado de innovación.
4. Fomento de la igualdad:
Debemos contar con más mujeres que sirvan como ejemplo de liderazgo para tratar de romper los roles y estereotipos de género. Así pues, es necesario fomentar la generación de una cultura emprendedora que tenga en cuenta a las mujeres, sus necesidades, motivaciones y condiciones para emprender, así como que trabaje en la eliminación de los roles de género, ponga en valor su estilo de dirección y liderazgo.