Marca Personal: ¿Te atreves a brillar?
Alejandro Sanz, Malú, Pablo Alborán, Dani Martín, Madonna, Michael Jackson…Al escuchar el nombre de cualquiera de estos artistas, cada uno de nosotros evocará unas emociones y pensamientos determinados. Romanticismo, simpatía, seducción, dulzura, rebeldía, creatividad, originalidad… Esa sensación o recuerdo que generan en el público es precisamente lo que llamamos marca personal.
Todos ellos triunfan porque además de disponer de unas habilidades artísticas también han sabido comunicar eficazmente su valor diferencial. El público es capaz de ver en ellos “algo distinto” que transmiten tanto en su música como en su persona.
Durante los años que trabajé en la Industria de la Música, aprendí que detrás de cada artista de éxito hay un gran trabajo de gestión de marca personal. Para gustar al público hay que tener talento pero también saber comunicarlo. No es cuestión de “vender” o exagerar sino de potenciar lo que somos. Así, el éxito de Alejandro Sanz alberga coherencia y honestidad entre lo que se muestra y lo que hay detrás. Si no hay verdad tras una marca al poco tiempo acaba desintegrándose, como ha pasado con tantos cantantes de éxito fugaz.
Hasta la década de 1990, parecía que la gestión de la marca personal estaba reservada a ciertos ámbitos del espectáculo, la política o el deporte. Sin embargo, la aparición en EEUU del “Personal Branding” democratizó esta práctica. Esta nueva corriente, que fusionaba la psicología con la comunicación, estableció que siguiendo una estrategia de trabajo cualquier persona podía crear y comunicar una marca personal fuerte y positiva.
A pesar de la terminología anglosajona, “Personal Branding” no es otra cosa que “conocerse a uno mismo”, “gestionar el talento como si de una empresa se tratara” y “exprimir las posibilidades comunicativas de hoy en día para dar conocer dicho talento”. No es fácil ni rápido pero con paciencia, esfuerzo y metodología cualquier persona puede brillar haciendo lo que le gusta.
En un mundo cada vez más globalizado y homogéneo, es necesario distinguirse. Así, una marca personal fuerte y positiva nos potencia, diferencia y permite acercarnos a nuestros sueños. Por ello, progresivamente, se irá convirtiendo en una herramienta imprescindible para conseguir un buen trabajo/ cliente, una reorientación laboral o simplemente para adaptarse a un nuevo contexto laboral en el que el trabajo “para toda la vida” ya es historia.
La marca personal se asienta en el talento que todos tenemos y en la honestidad. En definitiva, es el mejor de nuestros reflejos. ¿Te atreves a brillar?
Ami Bondía
Doctora en Periodismo. Especialista en Marca Personal y Nueva Educación